Paolo Caliari o Paolo Cagliari, también conocido en España como el
Veronés, fue un pintor italiano, figura central del manierismo veneciano.
Nacido en Verona, a los 32 años viaja a Roma para estudiar los techos de la
Capilla Sixtina de Miguel Ángel, cuya influencia se deja notar en las obras
posteriores, como los frescos de la Villa Barbaro, en Máser.
En 1573 fue llevado ante el tribunal de la Inquisición, al entenderse
que pintaba los temas religiosos con una excesiva libertad que rozaba la
irreverencia. Veronés argumentó que añadía personajes, animales y otros
elementos por exigencias creativas.
Aprendió de los grandes maestros venecianos, Tintoretto y Tiziano. Se lo
considera creador, junto con Tiziano, de un estilo suntuoso y colorista, que en
Venecia se prolongó hasta el siglo XVIII.
Prefiere los grandes formatos. Su estilo se caracteriza por el lujo, la
arquitectura clásica que enmarca sus escenas y el rico aunque suave colorido.
Enmarca sus escenas en amplias arquitecturas, rasgo que lo hace precursor del
barroco. Su tratamiento del color se anticipa a la pintura francesa del siglo
XIX. Prefiere los tonos fríos y claros: gris, plata, azules y amarillos.
Su temática es religiosa, pero representa las escenas bíblicas al modo
de las grandes fiestas venecianas, reflejando así la alegría de vivir. Los
trajes son fastuosos y el ambiente, suntuoso. Puebla sus obras de multitud de
personajes en grandilocuentes arquitecturas. Estas creaciones chocaban
frontalmente con la fidelidad histórica de los hechos bíblicos, lo que motivó
las fricciones entre el artista y la Iglesia.
Su técnica se destaca por la perfección en el dibujo. Se lo considera
uno de los artistas más destacados de la escuela veneciana. Su trascendencia en
el estilo posterior permite clasificar su obra de prebarroca, en particular por
la elegancia de la forma, su gusto por las atmósferas diáfanas y el sentido
decorativo de la composición.
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